Como bien pudiste observar en nuestro último artículo sobre el funcionamiento del ojo humano, este órgano es una maravilla de la biología y la evolución.
En su estructura compleja, encontramos numerosas partes, cada una con una función específica que contribuye a nuestra capacidad de ver el mundo que nos rodea.
Una de las partes más cruciales del ojo es la mácula. Aunque pequeña en tamaño, esta estructura desempeña un papel fundamental en nuestra visión y merece nuestra atención y aprecio.
Por ello el día de hoy el equipo de Iretina y el mejor retinólogo en México hemos preparado este artículo para que conozcas qué es la mácula y su funcionamiento. Entonces si quieres saber más de ella, continúa leyendo este artículo.
¿Qué es la mácula?
La mácula es una pequeña área ovalada ubicada en el centro de la retina, la capa de tejido sensible a la luz que recubre la parte posterior del ojo. Si imaginamos el ojo como una cámara, la mácula sería equivalente al objetivo de la cámara, ya que es la parte que se encarga de enfocar los detalles finos de la imagen que percibimos.
Además, la mácula también es responsable de nuestra visión central y de alta resolución, lo que nos permite leer, reconocer caras y apreciar los detalles más finos de una obra de arte.
Características de la mácula
Cabe resaltar que la mácula también se conoce como la «mancha amarilla» debido a la pigmentación amarillenta que la caracteriza. Este color amarillo es resultado de la acumulación de pigmentos, como la luteína y la zeaxantina, que ayudan a absorber la luz azul dañina y protegen la mácula de posibles daños causados por la exposición a la luz solar y luz artificial.
La mácula igualmente se encuentra aproximadamente a 2 milímetros del nervio óptico por lo que es necesario estar en constante revisión con un oftalmólogo o retinólogo para comprobar su estado de salud.
Ésta también cuenta con otro componente ya que al centro de la mácula se encuentra la fóvea, una pequeña depresión en la retina donde la concentración de células fotosensibles, conocidas como conos, es máxima.
Los conos, como mencionamos, son células fotoreceptoras responsables de la visión del color y la percepción de los detalles finos. En comparación con los bastones, que se encuentran en otras partes de la retina, los conos son menos sensibles a la luz pero brindan una visión más nítida y rica en colores.
Daños a la mácula
Debido a la naturaleza, la mácula es una parte vulnerable de la retina, la cual es propensa a diversos tipos de daños que pueden afectar la visión central y la calidad de la visión.
Cabe resaltar que si bien la mácula siempre es vulnerable, a medida que envejecemos, puede volverse más sensible a diversas afecciones, siendo la degeneración macular relacionada con la edad (DMAE) una de las más comunes y preocupantes.
Como comentamos en nuestro artículo sobre la DMAE, ésta es una enfermedad ocular degenerativa que afecta principalmente a las personas mayores y puede tener un impacto significativo en la calidad de vida al afectar la visión central. En la DMAE, las células de la mácula se dañan gradualmente, lo que resulta en una pérdida de la visión central y la capacidad de realizar tareas cotidianas como leer o reconocer rostros.
Pero no es la única afección que puede causar daños a la mácula, a continuación te vamos a presentar algunas de las más comunes:
- Edema macular: Se refiere a la acumulación de líquido en la mácula, lo que provoca hinchazón y distorsión de la visión central. Puede ser causado por diversas condiciones, como la retinopatía diabética o la oclusión de las venas retinianas.
- Membrana epirretiniana macular: Esta es una condición en la que se forma una membrana delgada en la superficie de la mácula, lo que puede distorsionar la visión central y provocar una pérdida de nitidez en la visión.
- Desgarro de la mácula: Un desgarro de la mácula es una ruptura en la membrana de la mácula, lo que puede causar una pérdida súbita de la visión central. Puede ser el resultado de un traumatismo ocular o de otros factores.
Es importante señalar que muchos de estos daños o afecciones de la mácula pueden ser tratados, especialmente si se detectan y se abordan tempranamente. Para ello te aconsejamos acudir con un retinólogo para que te indique cuál es el mejor tratamiento para ti.
Los tratamientos pueden variar desde medicamentos, cirugía, inyecciones intravítreas hasta terapias con láser, dependiendo de la naturaleza y gravedad del problema. La detección temprana y el seguimiento con un oftalmólogo son fundamentales para abordar estos problemas y preservar la función visual en la mácula.
Ahora que ya conoces más sobre esta área del ojo y su función dentro de nuestra visión, no olvides compartir el artículo en tus redes sociales y mantenerte al pendiente de nuestro blog para más información sobre el cuidado de tu vista.